Serigrafía o Impresión Digital: ¿Cuál es la mejor opción?
A la hora de imprimir diseños sobre diferentes soportes, desde camisetas y bolsas, hasta vinilos, carteles o materiales rígidos, es habitual que surja una pregunta clave: ¿serigrafía o impresión digital? Ambas técnicas son ampliamente utilizadas en el mundo gráfico, pero cada una tiene sus particularidades, ventajas y limitaciones que las hacen más adecuadas según el tipo de trabajo, volumen o acabado deseado.
¿Qué es la serigrafía?
La serigrafía es una técnica tradicional de impresión que utiliza una malla o pantalla para transferir tinta directamente sobre el soporte. Requiere la creación de una plantilla (una pantalla por color), por lo que es ideal para diseños simples y trabajos repetitivos en gran volumen.
¿Qué es la impresión digital?
La impresión digital es una técnica más moderna que transfiere directamente el diseño desde un archivo al soporte mediante una impresora de inyección o tóner. No necesita pantallas ni fotolitos, lo que permite imprimir tiradas cortas de forma rápida y económica, con una gran riqueza de color y detalle.
Puntos fuertes de cada técnica
La serigrafía destaca por su alta durabilidad, la intensidad de los colores planos y su rentabilidad en producciones grandes. Es perfecta para textiles, señalética, productos promocionales y merchandising.
La impresión digital, por su parte, brilla en tiradas cortas, trabajos urgentes o diseños con muchos colores y degradados. No requiere tiempo de preparación ni costes adicionales por cada color, lo que la hace ideal para personalizaciones, pruebas, piezas únicas o series limitadas. Es la opción más flexible para impresión sobre papel, vinilo, lona, rígidos, entre otros.
Puntos débiles a tener en cuenta
En la serigrafía, los costes iniciales de preparación son más elevados: cada color implica una pantalla y un fotolito, lo que no compensa en pequeñas cantidades. Además, no es la mejor opción para imágenes fotográficas o con muchos detalles.
En la impresión digital, aunque la calidad es muy alta, la durabilidad (sobre todo en textiles o en exteriores sin laminado) puede ser inferior a la serigrafía. También tiene ciertas limitaciones en la variedad de tintas especiales y, en algunos casos, los costes por unidad son más altos en grandes producciones.
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